La vara de medir
Me van a permitir mis amigos que me ponga reflexivo, o más bien filosófico. Los otros, si se dan por aludidos, peor para ellos.
Cuando era adolescente caí en las garras de los dragones y mazmorras, que por culpa de Margaret Weis y Tracy Hickman a más de uno nos hacían gastar los ahorros en su franquicia de dudosa calidad literaria (¿y lo a gusto que se leían?).
Un personaje, mi preferido, era el caballero de Solamnia Sturm Brightblade (la wikipedia no deja de sorprenderme). Los caballeros de Solamnia rigen sus vidas por el Código y la Medida (sabiduría, justicia, heroísmo, coraje... lealtad), y la verdad es que así les va a los pobres.
Pero bueno, todo el mundo debería tener principios, o llámese ética pese al miedo que muchos le tienen a la palabra. Eso que nos ayuda a tomar las decisiones importantes, pensando en lo que está bien y lo que no. Luego se duerme mejor por las noches, o casi. A veces da la impresión de haber hecho el tonto.
¿Y por qué hacer lo que se siente que es correcto nos deja cara de bobo? Porque he dicho que todo el mundo debería, pero no es así. Por eso los caballeros de Solamnia lo pasan tan mal, porque están muy pasados de moda.
Me enfurece que encima aún a algunos les puedan salir bien las cosas. Quizás es un poco tarde para que crea en la justicia divina, o en la poética, pero ahí va un poco de sentimiento pagano: escupo al suelo y malditos sean sus ojos.
Anda que sí tenía razón uno de los ponentes del otro día: lo bien que se queda uno cuando se desahoga.
Hay 6 comentarios
De todas formas creo que a estas alturas de nuestras Crónicas es un poco tarde para regresar al punto de partida (los dados han rodado muchas veces).
Antes creía que viajar con túnicas rojas era lo mejor, pues nada te impedía decantar la balanza a un lado o a otro (según el momento, la oportunidad o la necesidad).
Sin embargo, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que suelo decantar la balanza, casí siempre, hacia el mismo lado (O eso intento). Y es que prefiero acostarme lamentandome de lo tonto que soy, que no poder pegar ojo por los remordimientos.
Amigo, creo que el acero con el que nos forjaron no es apto para soportar la indiferencia, por eso estaremos avocados a parecernos (si quiera una pizca) al viejo Sturm.
Sean otros los que, forjados con acero de las Montañas Oscuras, llegan a ser capaces de actuar sin preocupación por las consecuencias o con egoismo, avaricia, etc...
Tu y yo ya llegamos tarde....
Semper Servus,
por Garb Venom (El épico), en 2006-03-06 17:09:15 ∞
Una cosa es mi mundana vida cotidiana, en la que, insito, uno sigue una mas o menos estricta norma (creo que similar a la tuya). Y era a esta parcela de mi vida a la que me referia.
Otra cosa bien distinta es cuando me atavio con mi armadura toguil y bajo a la arena del foro.
Ahí, amigo, soy oscuro, extremadamente, oscuro y mi túnica pesa cual si proviniese del mismiso abismo.
No hay amigos, compasión, remordimientos, conciencia o cualquier otro sentimiento,...
...SOLO VALE LA VICTORIA!.
(Pero insisto, ello solo acontece, única y exclusivamente, en la arena del foro)
Tal vez, lo que pasa es que estoy profundamente enfermo! No crees?
O tal vez, que, en mi vida cotidiana, intento compensar la túnica de trabajo con su opuesta.
(Quizas es que Garb Venom nunca ha dejado de ser rojo)
por Garb Venom (El épico), en 2006-03-06 18:13:31 ∞
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por mantha, en 2006-03-06 15:03:19 ∞